lunes, 12 de diciembre de 2011

Microrelato XII: Su pelo



Nada parecía indicar que algo pudiera perturbar esta apacible mañana de domingo, hasta que me he encontrado una pinza del pelo que ella se dejó, la última vez que estuvo aquí.
La pongo en la palma de mi mano, cierro el puño y empiezo a apretar fuertemente. Intento recordar el dulce olor de su pelo, el delicado tacto de su lisa melena entre mis dedos. Cierro los ojos e inspiro profundamente. Durante unos segundos vuelvo a ser feliz. Pero un dolor en la mano me devuelve a la realidad. Abro la mano, entumecida, y cojo aquel duro trozo de plástico que durante unos instantes me ha servido como máquina del tiempo.

Con lágrimas en los ojos, me deshago de su último recuerdo. Último, hasta que encuentre otro objeto que me coja de imprevisto y me vuelva a desgarrar el corazón… Recordando, irremediablemente sus últimas palabras, sus últimas mentiras…

lunes, 14 de noviembre de 2011

Microrelato VIII : El Caballero Blanco


  • Caballero:Friedrich, ponme la armadura, ha llegado el momento de marchar.
  • Friedrich:¡Sí, señor! Hoy empieza una gran aventura para vos. Permidme que vuelva a insistir…
  • Caballero:No, Friedrich. Esta es una hazaña que un hombre debe hacer solo.
  • Friedrich:Pero yo…
  • Caballero:Lo sé, joven escudero. Agradezco la valentía y lealtad que demuestras. Pero ya he tomado mi decisión.
  • (Tras colocar el robusto yelmo blanco adornado con una elegante pluma roja, el escudero retrocede unos metros para admirar lo que él considera una obra de arte).
  • Friedrich:Nunca me cansaré de admirar esa perfecta armadura blanca, señor. Con el reflejo del sol creáis un destello que derretiría hasta el corazón más gélido de la tierra.
  • Caballero:Eso necesito, Friedrich, eso necesito... Nos vemos en unos meses. Leal escudero, deséame suerte. Parto hoy en busca del amor verdadero, a pedir la mano de la princesa, con la que llevo tanto tiempo enviándome correspondencia y cuyo rostro sólo he visto en cuadros y en sueños… No se puede explicar con palabras su belleza, Friedrich, sólo la sensación de estar a su lado puede paralizar este corazón que ha combatido en decenas de batallas y nada le ha atemorizado… Sólo su rechazo podría herirme a través de esta impenetrable armadura…
  • Friedrich:Pero eso no sucederá, no tema señor.
  • Caballero:Soy el caballero blanco, un caballero de nobles intenciones, pero no de linaje real al fin y al cabo…
  • Friedrich:El poder del amor verdadero triunfará, ella desea estar con vos y vos con ella… ¿Qué podría fallar?
  • (Sin decir nada más, el caballero se marchó con su caballo blanco Pelut hacia el norte, donde días y días de duro viaje le esperaban en su cruzada particular... En su lucha por encontrar el amor verdadero. Poco a poco se fue desvaneciendo la silueta del caballero blanco en el horizonte, creando un efecto parecido a la puesta de sol...)
  • (continuará...)

jueves, 27 de octubre de 2011

Momentos

Sentir el tacto de las sabanas en mi espalda, abrir mis ojos y comprobar que aún quedan 10 minutos para que suene el despertador, ver como la luz entra tímidamente por una rendija de mi ventana, poner mi cabeza en el otro lado de la almohada que está un poco más frio que en el que estaba, estirar mis piernas y brazos estando aún dentro de la cama, sentir el agua caliente recorriendo mi cara, el tacto de la espuma en mis mejillas, mirarme al espejo y ver lo bien que me sienta esa ropa, el sonido de la cafetera por la mañana y ese aroma tan especial que invade mi cocina, disfrutar de un buen café, leer diez minutos la prensa del día, un beso en mis labios, escuchar un “hasta pronto, que te vaya bien el día”,  sentir como se amoldan los guantes a mis manos y el casco a mi cabeza, escuchar el sonido del motor de mi moto, sentir el viento en mi cara, detenerme en un semáforo y ver a los niños cantar mientras caminan al hacia el colegio, observar ejecutivos corriendo a sus puestos de trabajo, escuchar y dar los buenos días a mis compañeros de oficina, recordar por un segundo lo afortunado que soy por tener un empleo, disfrutar de los resultados de un trabajo bien hecho, compartir anécdotas e historias, comentar el partido de ayer, hablar e intercambiar correos electrónicos con todos los rincones de mi país, disfrutar de una buena comida en el bar de la esquina, ese café cortado de después,  sin notarlo ya son las 19.00h por hoy he terminado en la oficina, vuelvo a sentir esos guantes, el casco, ese rugido del motor, el viento en la cara, diviso lo que queda de sol en el horizonte, la poca luz que entra en mi casa a esas horas, hacer mi bolsa de deporte, caminar hasta el gimnasio, sentir el agua cubrir todo mi cuerpo mientras nado, intentar superarme cada día, al menos hacer una piscina más que ayer y una menos que mañana, sentir ese cansancio interno al igual que la satisfacción de haber casi concluido un gran día, recibir otro beso en mis labios, escuchar un “hola, como te ha ido el día?”, deleitarme con tus historias mientras abro la nevera y decidimos que vamos a cenar, cocinar a mi manera, disfrutar de una rica cena a tu lado, sentir como el sofá se adapta a mi cuerpo, ver la televisión a tu lado, notar como poco a poco intentas no dormirte, ver cómo te esfuerzas, verte dormida, acurrucada en el sofá y sabiendo que te perderás el final de la película, tranquila, yo mañana te lo cuento, susurrarte al oído para no asustarte y acompañarte a la cama, ver cómo te metes entre las sabanas con esa gracia que solo tú tienes, darte las buenas noches y recordarte cuanto te quiero, ver el final de una buena película, sentir el sabor de la pasta de dientes en mi boca, la refrescante sensación del enjuague bucal, ir a mi cama intentando no hacer ruido, deslizarme entre las sabanas sin hacer movimientos bruscos, buscar tus labios en medio de la oscuridad, besarte y volver a sentir el tacto de las sabanas en mi espalada.
Momentos. Mis horas, días y semanas, están llenas de momentos.
Me gustan mis momentos, me gustan mis horas, días y semanas.
¿Tú también disfrutas de tus momentos?

sábado, 10 de septiembre de 2011

Tú, que aún puedes.

Vivo con mi familia porque ya no tengo fuerzas para hacerlo solo. Me siento muy feliz de compartir mi vida con ellos, al principio, me dio vergüenza y me sentí un poco incómodo, como un invasor, pero al poco tiempo comprendí que tenía la gran oportunidad de hacerlo todo junto a ellos, cenar, dormir, leer, ver televisión… con las personas que más quiero en el mundo.
Al principio, me aposenté en una habitación grande y bonita, en la parte este de la casa, tenía una gran ventana blanca que me permitía ver el amanecer, todo era perfecto, bajaba a desayunar con mi hijo y su mujer a primera hora de la mañana, cuando él marchaba a su trabajo, venían los niños, ¡pequeños locos!, eran los mejores desayunos de mi vida, ellos se iban al colegio, yo me retiraba a mi habitación y leía el periódico, después una ducha y me iba al parque, intentaba caminar un poco pero cada día podía hacerlo menos, me cansaba y me tocaba sentarme en uno de los incomodos bancos a ver el tiempo pasar.
Cuando se acercaba el medio día, reunía mis fuerzas para volver a casa, podía oler la comida en los fogones cociéndose poco a poco desde la entrada, degustaba unos exquisitos alimentos y me tumbaba en mi habitación a hacer la siesta. Sobre las 17.00h la casa se llenaba de alegría cuando volvían los niños, yo me encargaba de prepararles la merienda y los acompañaba mientras se la comían. Les ayudaba a hacer los deberes, me encanta hacerlo, aunque sea viejo aún recuerdo y soy muy bueno en matemáticas y lengua. Por las noches me gustaba contar historias, nos reuníamos en el salón y todos me escuchaban atentamente. Cuando llegaba la hora de ir a dormir, pasaba por todas las habitaciones repartiendo besos, caricias y los arropaba a todos, acto seguido, me dirigía a mi cama, miraba la lúgubre noche desde mi ventana, sonreía, daba gracias a Dios por otro maravilloso día, y me iba a dormir.
Y así pasaban mis días, era el hombre más feliz del mundo.
Con el paso del tiempo, cuando bajaba a desayunar por las mañanas, mi hijo ya se había ido, no tenía tiempo para desayunar con nosotros y marchaba corriendo a su oficina. Poco a poco, los niños tampoco nos acompañaban, cogían su bocadillo y entre prisas y enfados, se iban a su escuela. Al final, acabé desayunando solo cada día, en el fondo me dolía, pero entendía que ellos tenían asuntos más importantes que hacer. Yo intenté seguir con mi visita diaria al parque, pero las piernas me fallaban, cada día sentía menos fuerza y decidí no volver a salir, me pasaba los días en casa, leyendo, mirando la televisión y esperando a que todos volvieran. De un día para otro, mis magnificas meriendas dejaron de gustar y los deberes se complicaron tanto hasta el punto que, aunque me esforzara, no podía ayudar, me sentí impotente y triste, pero entendí que no podía colaborar en todo como hasta ahora. Cuando llegaba el momento de contar mis historias, me encontraba solo en el salón, sin nadie a mí alrededor que me quisiera escuchar, suponía que estaban cansados y se habían ido a dormir. Cuando pasaba por las habitaciones para dar besos y abrazos de buenas noches, solo recibía regañinas por haberlos despertado.  Con la cabeza baja, me dirigía a mi habitación, ahora ya no sonreía como antes, aunque daba gracias a Dios por dejarme vivir un día más.
Cuando me dijeron que el Domingo iríamos al parque, no pude dormir en toda la noche, estaba emocionado, quería que llegara ya la mañana para prepararme y pasar un hermoso día. Fui el primero en levantarme, lo quise así porque sé que cada día soy más lento para arreglarme, me afeité, me duche y baje al salón, todos estaba ya listos, me dieron un beso y me dijeron que los esperara, que no tardarían. Me quede de piedra. Me mordí el labio inferior. Me asome por la ventana y quizás es que yo no quepo en el coche, o que mi paso lento los ralentizaría a todos… les dije adiós con la mano, mis ojos se llenaron de lágrimas y me senté de nuevo en el sofá a ver el tiempo pasar.
Empecé a sentirme invisible, ahora cuando bajaba al salón y estaban todos reunidos, nadie me miraba ni me decía nada. Yo intentaba hablar con ellos, pero solo algunas veces me respondían, estaban entretenidos con la consola o explicando cosas del colegio o del trabajo, cuando yo les quería contar algo, todos salían casi corriendo a sus habitaciones y me volvía a encontrar solo en el sofá.
Un buen día, me dijeron que debía trasladarme a otra habitación, necesitaban la mía para hacer un despacho y llenarla con un escritorio, sillas y libros y yo debía irme a otra más pequeña que está debajo de la escalera. No dije nada, cogí mi poca ropa, mi bastón y mi boina y me aposenté en mi nueva alcoba, ya no tenía ventana, hacia más frio, pero pensé que era más importante el nuevo despacho y que eso ayudaría a mi hijo en su carrera profesional.
Pasaron los días, meses y años y cada vez me sentía más solo aunque estuviera rodeado de mi familia. Muchas veces no salía de la habitación y nadie se daba cuenta ni me echaba de menos. Necesitaba un abrazo y oír un te quiero casi como el aire que respiro.
Una mañana, sin esperarlo, no pude levantarme de mi cama. Había muerto a mis 86 años mientras dormía. Cuando mi familia se dio cuenta, corrieron todos a estar a mi lado, lloraban desconsolados, se miraban unos a otros sin saber qué hacer. Me dieron muchos abrazos, me dijeron mil veces te quiero, pero yo ya no podía sentirlos ni escucharlos, poco a poco fui dejando de existir para ellos y ahora, ya no estaba.
Fui feliz hasta que deje de existir y me volví invisible, aunque mi amor por ellos no mermó en ningún momento. Hubiera dado mi vida por sentir y escuchar todo lo que me dijeron cuando me encontraba muerto en mi cama y sé que ellos se arrepienten de no haberlo hecho mientras aún respiraba.
Tú, tú que aún puedes, abraza y di te quiero, puede que mañana, ya sea tarde.

lunes, 29 de agosto de 2011

Con solo una.

Cuesta tan solo un instante, no más de 5 segundos y es tan poderosa que podemos detener el tiempo con ella, hacer que un instante sea una eternidad. Es magia en estado puro, un regalo que nos permite volver al pasado o augurar un futuro incierto. Nos puede hacer recordar los más dulces momentos vividos o hacer tambalear todo nuestro presente.
La podemos regalar a quien queramos, en nuestra juventud o nuestra vejez, también ahora. Puede ser una conquista o un alivio, una liberación que nos produce paz interior. Con ella, podemos derrumbar los más altos muros y atisbar un rayo de esperanza en la lejanía.
Su contagio no es malo, es más, nos produce salud a nosotros y a quienes nos rodean. Con ella, nos podemos reconciliar con el mundo entero, podemos perdonar, aceptar a los demás.
Es fugaz, efímera, nos permite reconocer un error y amar al mismo tiempo. Genera empatía, simpatía, amistad y cariño. Es tan poderosa que nos aceptan como somos, nos reconocen como personas, nos genera confianza, nos seducen, podemos incluso dar gracias.
Con una de ellas, podemos decir te quiero.
Con una de ellas, podemos cambiar el mundo entero.
¿Por qué hemos olvidado sonreír más a menudo?

jueves, 18 de agosto de 2011

Amor oculto, amor clandestino

Hola, soy Marta, tengo 33 años, soy profesora de primaria en una vieja escuela al Oeste de la ciudad. Acudo a la iglesia todos los domingos desde que tengo memoria, allí me siento en paz conmigo misma, alabo y rezo a mi Dios. Abogo por la vida eterna en el cielo, así me educó mi familia, que vive en el mismo barrio que yo.  Creo con fervor absoluto y mi fe ciega, aunque no me considero una radical fanática de la iglesia. Estoy locamente enamorada de Abdelrrahim, es un hombre encantador de 36 años, trabaja de taxista en mi ciudad. Nos conocimos hace 3 años en una terraza de un bar, empezamos a hablar, su mirada, sus ideas, su sonrisa… todo me cautivó. Desde entonces, no me lo puedo sacar de la cabeza, cada noche sueño con él, sueño que lo tengo a mi lado y que su hermosa cara será la primero que vea al despertarme, imagino que sería levantarme y observar su cepillo de dientes junto al mío, ver la televisión con mi mano entrelazada en la suya, cocinar juntos, vivir con él.
Solo hay un problema, su sangre y creencias son árabes, ama a su Dios más que a su vida y cumple estrictamente con todo lo que su religión dicta.
Sabemos que está mal lo que hacemos, pero, en ocasiones, nuestro sentimiento es más fuerte que todas nuestras creencias y nos dejamos llevar por nuestro júbilo de cariño y excitación. Casi todas las tardes, él me recoge en su taxi, vivimos nuestra pasión y nos confesamos amor eterno en el asiento de atrás. Sí, nos escondemos. Es pecado lo que hacemos. Nuestras culturas son diferentes al igual que nuestras creencias y no aceptarán nuestro enlace. Me gustaría que esto cambiara, gritar al mundo que amo a este hombre y que me da igual mi Dios, pero no puedo, no me dejarán.  Vivimos un amor clandestino, vivimos un amor oculto.

Hola, me llamo Pablo, tengo 23 años, soy estudiante de arquitectura en la universidad de mi ciudad, espero graduarme dentro de poco, realizar unas prácticas laborales en una gran empresa que me dé la oportunidad de aprender mi oficio y poder seguir estudiando y trabajando para labrarme un futuro. Estoy locamente enamorado de Juan, nos conocemos desde hace bastantes años, en el instituto, compartimos un gran círculo de amigos en la actualidad. Un día, como cualquier otro, me di cuenta que lo que sentía era más que una simple amistad por él. Después de llorar muchas noches en la soledad de mi habitación, me armé de valor y decidí confesárselo. Cuando fui correspondido también lloré, pero de alegría, por fin, mi gran amor sabía lo que sentía por él, me sentí libre, me sentí vivo. Cuando lo miro, noto como un escalofrió recorre mi cuerpo, me vuelvo torpe en mis movimiento, casi no puedo pronunciar palabras coherentes, creo que conocerlo es lo mejor que me ha pasado en mi vida, ¿Cómo pude guardarme este cariño tanto tiempo dentro de mí?
Solo hay un problema, nuestras familias no aceptarán nuestro amor, nuestros amigos se reirán de nosotros y seguramente nos dejen de lado, puede que nos quedemos solos Juan y yo.
Muchas noches, nuestro corazón supera a la razón y fundimos nuestros cuerpos en uno desatando una pasión y un amor incontrolable, me quedaría mirándolo, sintiéndolo,  amándolo hasta el amanecer.  Cuando la ciudad despierta y caminamos por la calle, no puedo cogerlo de la mano, no puedo besarlo, esta tan cerca pero tan lejos a la vez, solo a veces me atrevo a recordarle que lo quiero con un tímido susurro a pocos centímetros de su oreja. Cuando estamos con nuestros amigos, ni siquiera nos sentamos uno al lado del otro para evitar tentaciones. Sí, nos escondemos. Me gustaría que esto cambiase, que me aceptaran como soy, gritar al mundo que esta es la persona que amo, poder besarlo en presencia de mis seres queridos, caminar junto a él por la calle y con solo una mirada, transmitirle mi cariño sincero hasta el infinito. Vivimos un amor clandestino, vivimos un amor oculto.

Hola, soy Luis, tengo 40 años, actualmente soy médico de urgencias de un hospital del centro de mi ciudad, me gusta mi trabajo, salvo vidas. Vivo en un tranquilo barrio donde comparto buenos momentos con mis vecinos y conocidos, soy muy amigos de mis amigos y tengo el gran sueño de acudir como voluntario a la India durante algún tiempo a ayudar a quienes más lo necesitan, no hay mejor recompensa que dar sin esperar nada a cambio. Estoy enamorado de Eva, es una mujer magnifica de 41 años, hija de una familia conservadora, regenta un bar al lado del hospital donde paso largas horas trabajando, nos conocimos hace 11 meses porque decidí ir a su local atomarr un café. Desde el momento que la vi, quede maravillado con su belleza, era como un ángel en la tierra, me volvió loco desde el primer café que me sirvió, ella sintió lo mismo y pasamos largas horas conversando y conociéndonos. Quiero pedirle que se case conmigo, sé que es muy precipitado y puede ser una locura, pero siento que es la mujer con la que quiero compartir el resto de mi vida, compartirlo todo y estar con ella hasta la vejez.
Solo hay un problema, su familia no me aceptará dada su ideología conservadora y el color oscuro de mi piel.
Muchas veces, a  altas horas de la madrugada, cuando finalizo mi turno y salgo para coger mi coche e irme a descansar envuelto por la soledad de las calles a esas horas, me encuentro a Eva en la puerta del hospital con una sonrisa, un bollo y un café, esa forma de darme los buenos días, esa mirada, el tacto suave de su piel, su olor por la mañana, hacen que pierda el control y de forma muy discreta nos vamos para mi casa a confesarnos nuestro amor. Sí, nos escondemos. Nuestro color de piel es diferente y la ignorancia e intolerancia de los demás hace que no podamos ser libres y disfrutar del amor. Me gustaría que esto cambiara, gritar al mundo que amo a esta mujer y que me da igual mi raza, pero no puedo, no me dejarán, no me lo permitirán.  Vivimos un amor clandestino, vivimos un amor oculto.

El mundo entero aboga por un amor libre y sin barreras, donde mujeres y hombres de todas las edades, razas y religiones puedan decir te quiero sin miedo a nada. Con el amor prohibido se siente dolor ya que para él no hay reglas escritas, se siente pánico, ya que en nuestro interior crece algo poco a poco y que muchas veces es contrario a la razón. No hagáis caso a esos necios que piensan que pueden elegir de quienes nos enamoramos. Dejad de vivir vuestro amor oculto y clandestino.

martes, 16 de agosto de 2011

Vive.

Hace ya un tiempo te vi nacer entre angustia y sufrimiento, un nudo en mi garganta que cortaba de tajo mi respiración me recordaba lo mágico e importante del momento, observe como unos ojos se abrían al mundo, el milagro de la vida. Desde ese instante, empezó nueva experiencia para ti, para nosotros, empezaste tú.
Crecerás poco a poco, no tengas prisa, juega, disfruta de tu niñez, descubre todo lo que te rodea, tienes un sinfín de colores que descubrir, mil y un sabores que probar, música de todo tipo entrará por tus oídos, ¿qué se siente cuando el mar toca por primera vez tus pies?, ¿Cuándo miras al cielo por la noche y descubres que siempre habrá una luna en el firmamento? No tengas preocupaciones, hay infinidad de flores y olores a tu alrededor. Vive.
Estudia, intentaré ofrecerte la mejor educación que me sea posible, me esforzaré día tras día para conseguirlo, te lo prometo. Disfruta de la gran sabiduría de los maestros, aprende, cuestiona todo aquello que desees, cuida tus amigos, enamórate por primera vez, ¿sientes esa cosa extraña en tu barriga? No la olvides, la sentirás muchas más veces.  Vive.
Seguirás creciendo entre bambalinas y desordenes mundiales, tendrás el mundo en tus manos, él pude ser tu hogar o lo que quieras que sea, podrás llegar hasta donde tú desees. Recuerda que llorar está bien, y nunca te avergüences de lo que eres. Caerás mil y una vez, lo sé, pero deberás levantarte y seguir luchando aunque te cueste un mundo. Vivirás en una era tecnológica, de extremos blancos y negros, los grises solo dependerán de lo que tú quieras creer. El tiempo correrá en tu contra, habrán prisas, estrés y descontrol, detente un instante, habla contigo mismo, reflexiona. Conocerás personas, buenas, malas, decídelo tú mismo. Perderás, créeme que lo harás, pero si no sabes lo que es, nunca podrás ganar. No temas a tus sentimientos, deja que afloren, el sentir te hace persona, el sentir, te hace más grande. No pidas consejo al tiempo pues estarás esperándolo eternamente. Piensa en ti, pero no olvides que mañana saldrá el sol igual para todos. Nunca olvides a quienes te rodean y ayúdalos, así serás feliz. Abre tu mente, disfruta de un atardecer, abraza, di te quiero, huele una rosa, camina por una playa desierta, vete al fin del mundo para estar tú y solo tú, disfruta del sonido de una cascada. Eres un diamante en bruto dispuesto a brillar. Tienes 5 continentes a tu disposición, conócelos, ámalos. Vive intensamente. Vive.
Se, lo que quieras ser, te apoyaré y siempre estaré ahí, ¿quieres ser carnicero?, ¿zapatero?, adelante, lucha por ser el mejor en lo que elijas, estaré orgulloso de ti en cada cosa que decidas. Nunca dejes de soñar, ponte metas, retos, desafíos y esfuérzate por conseguirlos. Serás discípulo y maestro, ten paciencia. No seas avaricioso, ten lo que te haga feliz, es lo más importante, las necesidades de posesión solo las creas tú. No sientas rencor, te quemará por dentro y aunque te cueste, aprende a perdonar. Haz lo que creas que debes hacer, pero recuerda que la vida te devuelve todo tarde o temprano. Envidia, odio y frustración te invadirán en múltiples ocasiones, no es malo, pero no dejes que te consuman. Ama, siente, valora y aprende, siempre aprende. La tierra está llena de hombres buenos, no te asustes si algún día parece que estas solo en el mundo. Grita, grita lo más fuerte que puedas, no tengas miedo, recuerda que yo siempre estaré ahí. Comparte, escucha, sonríe, ¿te has olvidado de toda la gente que te quiere? Rectifica, equivocarse no es malo y de los errores se aprende. Vive.
No puedo darte la clave para la felicidad, ni podré nunca, explicarte el verdadero sentido de la vida. Tienes una gran oportunidad delante de ti, aprovéchala. Eres libre de hacer con tu vida lo que quieras, el camino a seguir solo lo podrás descubrir y decidir tú.
Recuerda siempre que eres único, autentico e inigualable, nada ni nadie podrá decirte lo contrario, me tendrás siempre a tu lado.
Hijo mio, eres libre, se feliz.

martes, 2 de agosto de 2011

Lastima que solo tenga una oportunidad.

He nacido ahora, en este momento, en este presente. Es todo una pena que solo pueda disfrutar de una vida en este mundo, solo este instante, fugaz y corto.

Me hubiera encantado estar presente al inicio de los tiempos, edad de piedra, homosapiens, descubriendo el poder del fuego, cazando para sobrevivir, sin exceso de posesiones, sin ética ni valores, solo mi instinto a flor de piel presente en mí.

Colonizar los rios, en la edad antigua, y ver crecer las ciudades, descubrir los primeros trazos y dibujos llamados escritura, empezar a manejar los metales que la tierra me ofrece, adorar a dioses egipcios y quedarme atónito con sus obras arquitectónicas.

Sentarme en el suelo junto a los demás y escuchar a Jesucristo, dejarme cautivar con sus ideas, sorprenderme con su poder de masas, admirar la fe ciega que siempre existirá en nuestro mundo.

Luchar siendo un Samurái, por mi honor y gloria, deslumbrar con el metal de mi espada a todos mis enemigos, ser fiel a mis ideas y a mi pueblo.

Conquistar Constantinopla con los turcos y dar paso al renacimiento, luchar por el progreso y reconocimiento del hombre como persona, lograr el paso al nuevo pensamiento idealista y divino.

Compartir ideas con Copérnico, imaginar y soñar con Da Vinci, analizar los medios y el fin con Maquiavelo, descubrir nuevos mundos junto a Colón, escuchar a Mozart componer sus melodías…

Luchar contra la inquisición y el poder absorto de la iglesia mientras huimos de ellos por las callejuelas.

Ensillar mi caballo junto a Simón Bolívar y luchar con mi espada por América, que mi sangre sirva de precedente para la liberación y acabe con la barbarie de los invasores.

Levantar mi puño en alto y gritar ¡libertad! Para todos aquellos rincones del mundo que son gobernados y sometidos por otro más fuerte que se cree dueño de sus tierras, enfrentarme a los señores feudales con mi cabeza alta, mi voz viva y nuestros rastrillos y herramientas del campo.

Calcular junto a Einstein mil y un logaritmos imposibles, intentar ver a través de sus ojos lo que piensa y marcar un después en el mundo de la ciencia.

Ver la cara de Tomas A. Edison cuando se iluminó su primera bombilla.

Sentir el viento en la cara y ver el mundo desde la más alta cima con Edmun Hillary cuando conquistó el Everest.

Ser un activista contra la guerra de Vietnam y junto a Martin Luther King luchar por los derechos civiles de afroamericanos.

Ver la tierra desde los ojos de Neil Amstrong aquel 20 de Julio.

Ver a los Beatles y Curt Cobain en directo y dejar que su guitarra me invada y recorra mi cuerpo con cada una de sus puntadas.


A pesar de todo, debo tener en cuenta que quien llora por no haber visto el sol, no podrá ver las estrellas del cielo.

lunes, 4 de julio de 2011

Líneas imaginarias

Nací hace 26 años, 5 meses y 3 días.
Nunca nadie me pregunto quienes quería que fueran mis padres, no tuve la elección de mi sexo, ni del color de mis ojos o mi piel. No pude elegir si quería ser alto o bajo, ni siquiera tuve voto para decidir mi nombre, aquel con el que se me conocería toda mi vida. ¿Alguien me preguntó de qué color quería que fuera mi sangre?, no pude elegir, ni siquiera, donde quería nacer.
Me clasificaron por el trozo de tierra que pise cuando vine a este mundo, delimitado y separado del resto por unas líneas imaginarias. Deduces que esto, lo hace especial a los demás, sientes que su olor, su aroma, el tacto de su tierra deslizándose entre tus dedos, es único, es mejor.
Una bandera, representada por colores, marca aún más la diferencia y te sientes orgulloso de entonar una hermosa canción que habla sobre batallas pasadas que ayudaron a marcar estas líneas imaginarias, con la sangre de fieles que murieron por este mismo pedazo de tierra.
Después, te das cuenta que, aunque siga siendo tuyo, solo has logrado pisar el 1% de todo lo que te rodea, sientes curiosidad y te mueres de ganas por explorar lo que hay más allá.
Cuando decides salir, te reciben con los brazos abiertos o te tratan como un intruso, quizás dependa de aquello que no pudiste elegir, como tu sangre o el color de tu piel.
 Te pueden prohibir la entrada a lo que consideran otro trozo de tierra que no es el tuyo, pueden decirte “lo siento, no puedes pasar esta línea”, ¿A qué línea se refieren? Disculpad mi ceguera, no veo ninguna raya que detenga mis pasos ni mis ansias, pero aun así, sigue habiendo personas que mueren cada día por pasar dicha línea.
Descubres que poco a poco, lo que antes era tu tierra y de lo que estabas orgulloso, pasa a un segundo plano, se queda en el pasado, y vives la utopía de un mundo sin divisiones, un mundo sin fronteras, en donde todos, solo por haber nacido, son iguales, sea cual sea el color de sus ojos o su estatura, todos pueden cruzar las líneas imaginarias que dividen la tierra y todos puede disfrutar del olor, aroma y el tacto de la tierra deslizándose entre los dedos, de cada rincón del mundo.
Empiezas a vivir la utopía que el mundo entero es tuyo y es de todos, que nadie muere por ir más allá de su tierra. Pretendes que todos disfruten de las mil puestas de sol que se pueden ver si vas a tu derecha y de los otros mil amaneceres que verás si vas a tu izquierda. Disfrutar oír como una tribu africana toca sus instrumentos de percusión, o contemplar la belleza de la aurora boreal, majestuosa en los cielos del norte. Te consideras afortunado porque tus pies se bañen con el agua del océano atlántico y por poder gritar en la más alta cumbre del mundo.
Crea tu propia utopía por favor, vívela!
Recordemos lo que dijo el filósofo italiano José Ingenieros, “en la utopía de ayer, se incubó la realidad de hoy, así como en la utopía de mañana palpitarán nuevas realidades”.
Tus padres, tu sexo, tu color de ojos y de piel, tu estatura, tu nombre, tu sangre y el lugar donde naciste te hacen único en un mundo únicamente tuyo y de todos.

jueves, 30 de junio de 2011

Perdón

23.17h, suena mi móvil, es mi mujer, por fin mañana nos veremos después de un eterno mes en el que ha estado fuera de la ciudad cuidando a su anciana madre. Me llama para recordarme que el único vuelo que ha podido coger llega a las 5.00h. Me pide con voz dulce si puedo ir por ella al aeropuerto, ¿porque me lo pide con esa voz si sabe que de todos modos acabaré yendo a recogerla? Da igual, me encanta que lo haga y en el fondo ¡me muero de ganas de verla! Nos despedimos con un Te Quiero y un hasta pronto.
23.35h, llamo a mi hermana a pedirle si puede venir sobre las 4.20 a casa a cuidar de Sara, ella aún es muy pequeña y no quiero que se despierte mientras voy de camino al aeropuerto, se moriría de miedo. Tras unos minutos de tierna discusión, al final accede, sabía que lo haría, ¿que no estoy dispuesto a hacer yo por ella?
4.10h, suena mi despertador, me levanto con ojos lagañosos, me visto mientras me hago un café y me lavo un poco la cara.
4.19h suena el timbre de casa, dejo que mi hermana entre, le digo que estaré de vuelta sobre las 5.30h, ¡que es la mejor hermana del mundo! Y que le debo una cena por el gran favor. Nos despedimos con un Beso y un hasta pronto.
4.30h, estoy sacando el coche del parking, siento una extraña sensación en mi estómago, una mezcla de nervios y excitación por ver de nuevo a mi mujer, me miro en el retrovisor y pienso: “que tonto soy, llevamos juntos más de 10 años y ¿aún siento esto cuando la voy a ver? Nunca cambiaré…”.
4.41h, estoy en la autopista, un par de coches hacen el mismo trayecto que yo, ¿irán también al aeropuerto?, solo siento como las pequeñas luces de la calzada que se iluminan a mi paso, me hacen compañía. En mi cabeza no paro de pensar que le diré a mi mujer cuando la vea, ¿debí comprarle unas rozas tal vez?, ¿o esos bombones rellenos que tanto le gustan?
4.55h, siento dolor, me duele todo el cuerpo, intento abrir mis ojos y respirar profundamente pero soy incapaz, la boca me sabe a tierra, siento frio, mucho frio, creo que ya no estoy en mi coche, pero, ¿dónde estoy?, ¿Que ha ocurrido?. Intento incorporarme pero no me puedo mover, mis brazos no responden, mis piernas no las siento. No puedo tragar, huele a algo extraño que no puedo describir, la cabeza me da vueltas.
4.57h, el dolor desaparece por completo, ahora me siento bien, logro abrir mis ojos y respiro profundamente, puedo mover mis brazos y piernas. Aquel sabor a tierra se ha esfumado por completo, puedo tragar, ya no huele a nada. Observo dos personas extendidas boca abajo sobre la calzada entre lo que parecen dos coches destrozados.
Uno de ellos es un joven de unos 20 años, es rubio, lleva un pantalón vaquero y una camisa a cuadros, tiene los ojos cerrados, está sangrando, parece que no respira.
La otra persona es otro hombre, de aproximadamente 30 años, también sangra y tampoco respira, lleva unos pantalones y una camisa muy parecidas a las que me puse yo esta misma mañana, el pelo, su corte pelo es extrañamente similar al mío. Me acerco a ver si lo reconozco, hasta el punto que puedo oler que usa la misma colonia que yo.
El cuerpo entero me da un vuelco cuando por fin entiendo que soy yo quien está allí extendido.
4.58h, Escucho una voz detrás mío que dice “¿Quién eres?”. Me giro lentamente y observo al joven rubio de pantalón tejano y camisa a cuadros, mirándome fijamente a los ojos. Ya no sangra, esta de pie y ahora respira. Sus ojos delatan miedo, mucho miedo. “¿qué ha ocurrido?, ¿Quién es usted?, ¿qué hago yo allí extendido?, vengo de una fiesta en casa de mi mejor amigo y me dirigía a mi pueblo, ¿Por qué estamos aquí ahora?”
De repente, ambos nos dimos cuenta de lo inevitable, mis ojos se llenaron de lágrimas, mis manos y piernas empezaron a temblar. No puede ser que me haya ocurrido a mí. ¿Porque a mí?
A lo lejos empiezo a escuchar sirenas, giro sobre mí mismo y alcanzo a ver unas pequeñas luces rojas que se dirigen hacia nosotros a toda velocidad. Siento que toman mi mano derecha con fuerza y me susurran al oído “lo siento, ahora sé que ha pasado, te juro por dios que yo controlaba aunque me hubiera tomado esa última copa de más en la fiesta, iba bien, todo iba bien, lo siento, por favor, perdóname…”
5.00h, miro al cielo, tomo una última bocanada de aire, cierro los ojos y las ideas que tengo en la cabeza se transforman en palabras.
“Perdón amada mía, tu avión estará aterrizando ahora y no podré ir a recogerte al aeropuerto, estoy seguro que sabes que te amo, no podré seguir siendo tu compañero de viaje nunca más.”
“Perdón Sara, no podré cumplir mi promesa de llevarte a Eurodisney, haz caso a mamá en todo lo que te diga, se fuerte y vive, vive y se feliz”
“Perdón hermana, no podré invitarte a esa cena que te prometí hace unos minutos, espero que no te enfades conmigo”
“Perdón Mamá, el domingo no podré ir a comer a casa como te dije, no podré abrazarte más y hacerte reír como lo llevo haciendo hasta ahora, tampoco podré volver a decirte que te quiero”.
“Perdón Papá, el plan para ir a pescar, se tendrá que posponer indefinidamente, me hubiera encantado por ir y disfrutar de tu compañía en medio del lago, tu y yo solos, hablando de nuestras cosas”
“Perdón queridos amigos, el sábado no podré ir al partido de fútbol que teníamos programado, tampoco podré ir de vacaciones de verano con vosotros”
“Espero podáis perdonar también a este chico rubio de 20 años, pantalón tejano y camisa a cuadros que está a mi lado. Solo cometió un error. Solo condujo después de haber bebido”.

lunes, 13 de junio de 2011

Un lugar en mi ciudad.

Levanto mí mirada solo un instante, un bullicio ensordecedor llama mi atención y me hace perder el hilo de las interesantes ideas que estaba leyendo de Augusto Cury. Noto una mezcla de sentimientos y emociones contradictorias a mi alrededor y siento una imperiosa necesidad por comprobar que sucede, giro levemente mi cabeza hacia la derecha y…
Veo como una niño corre a  los brazos de su padre, la sonrisa en el rostro del pequeño no puede ser comparable con nada en ese preciso instante, del mismo modo, una mujer, que entiendo es la madre de ese niño, corre detrás de él y abrazar a ese mismo hombre, los tres se funden en un largo y profundo abrazo, unos instantes después, alcanzo a escuchar cómo ella le susurra en el oído “no te puedes imaginar cómo te hemos echado de menos”.
Al mismo tiempo observo como dos enamorados se miran a lo lejos, tienen los ojos brillantes y detecto un leve movimiento inconsciente en sus labios superiores, se acercan lentamente, se miran, respiran, cierran los ojos, él posa su mano derecha sobre la mejilla de ella, sonríen levemente, vuelven a mirarse queriendo comprobar que lo que sienten es cierto, se besan, se abrazan, se quieren… poco a poco él se acerca a su oreja y le susurra “nunca más vuelvas a dejarme tanto tiempo, por favor”
Justo a 3 metros de los enamorados hay un hombre de unos 30 años, tiene la mirada perdida en el horizonte, parece que busca o recuerda algo, está solo, paulatinamente una tímida lagrima recorre su mejilla, noto que lleva consigo un gran equipaje y al mismo tiempo observo como se forma una gran sonrisa en su rostro, susurra para sí mismo “esta es mi oportunidad, espero que esta nueva tierra que piso me de lo que estoy buscando”.
Un instante después, un señor mayor armado con su bastón, espera a un joven que se dirige hacia él. El joven se detiene justo delante, deja caer una pesada maleta roja y le mira fijamente a los ojos esperando un gesto de aprobación. El hombre mayor lo mira con orgullo, le da dos palmaditas en su pómulo izquierdo  y acto seguido le propina un caluroso abrazo. A pocos centímetros de su oreja, le susurra al joven “por fin lo has conseguido hijo mío, estoy muy orgulloso de ti”.
Ahora, giro mi cabeza hacia la izquierda y…
Veo una madre desconsolada apoyada sobre el hombro de su hijo, estrecha firmemente su mano, como si no quisiese dejarlo escapar, sus ojos rojos e hinchados denotan un gran pesar y miedo, mucho miedo. Tras unos segundos se separan lentamente, él, en un gesto de valentía se aleja muy despacio y alcanzo a escuchar como con una voz quebrada le dice “tranquila mamá, volveré pronto”
Al mismo tiempo 6 jóvenes rodean a otro, quieren sentirlo por última vez, quieren tocarlo, abrazarlo, besarlo… están intercambiando cosas, le dan un pañuelo rojo a cuadros, una foto, una carta, una pequeña caja amarilla. Se miran entre todos y comienzan a reír entre lágrimas de dolor, poco a poco, el joven al que rodeaban comienza a alejarse y noto como le gritan “nunca te olvides de nosotros por favor”
Este último joven pasa por delante de una pareja que se miran atentamente queriéndose decir infinidad de sentimientos, tienen sus manos agarradas y ella sujeta una rosa roja con un lazo naranja, él sonríe levemente queriendo quitar peso a la situación, pero ella no lo puede evitar y se lanza a sus brazos llorando desconsoladamente. El traje militar que viste el hombre y la cantidad de medallas que cuelgan en su pecho lo hacen parecer importante. Antes de que él se de media vuelta, ella le entrega un papel doblado y le dice “ábrelo cuando llegues y por favor, vuelve, recuerda que te estaremos esperando”.
Justo en ese instante suena por megafonía que mi avión ya está embarcando y vuelvo en mí, acabo de descubrir el lugar de las ciudades en donde no importa que edad tenemos, que cargo ostentamos, en que religión creemos, que nacionalidad tenemos o quienes somos realmente, acabo de descubrir el lugar de las ciudades donde somos nosotros mismos, personas a la máxima potencia y no nos da miedo dejar que nuestros sentimientos afloren.
¿Por qué no existen más lugares así en el mundo?

domingo, 1 de mayo de 2011

28 de Abril de 2011, un día como cualquier otro?

Era un Jueves como cualquier otro, la ciudad condal se despierta poco a poco entre el bullicio de los primeros coches que salen rumbo a su destino acompañados del alba, las cafeteras cumplen su función y logramos despertarnos "un poco más". Un "hasta luego cariño, que vaya bien en el trabajo hoy" acompañado de un corto pero placentero beso nos augura nuestro próximo pero inevitable destino en nuestros puestos de trabajo. Repasamos brevemente antes de salir de casa que llevamos todo lo que necesitamos, móvil? la carpeta con la presentación para la reunión de las 11.00h? llaves? está todo listo, sin detenernos siquiera a pensar un segundo, si, parece que hoy Jueves 28 de Abril es Jueves como cualquier otro.

Para alguien que quizás conozco, un amigo de un amigo, mi vecino o alguien que quizás nunca conoceré, hoy no es un día como cualquier otro, es el día en que, de forma libre y altruista, ha decidido donar uno de sus órganos a un desconocido. A decidido que quiere compartir un poco de su ser de forma desinteresada, sabe que hoy devolverá la vida a otra persona dándole uno de sus riñones.
Me encantaría saber que pasa por su cabeza cuando se despierta, cuanto tiempo ha tardado en tomar esta decisión? aún por pequeña que sea, hay una pizca de arrepentimiento momentáneo dentro de sí? armado de valentía y amor, se presenta en el hospital para la intervención.
"Todo un éxito" exclama el doctor, el riñón ha sido trasplantado a otra persona que sin darse cuenta, acaba de recibir el mejor regalo de su vida, acaba de recibir la propia vida.
En ese mismo instante, la pareja de este agraciado sujeto entra en quirófano, donará uno de sus riñones a otro desconocido, este viajará de Barcelona a Granada en breves instantes, es la segunda vez que se regalará la vida en este Jueves tan normal para tantos.
En Granada todo está a punto a la espera que este soplo de vida llegue desde la ciudad condal. Tras unos instantes el segundo trasplante de este 28 de Abril se realiza con éxito y al igual que en el caso anterior, la pareja de este último agraciado entra en quirófano para donar uno de sus riñones.
Por último, el tercer órgano vuelve a Barcelona y es recibido por una persona que lleva 3 años esperando una llamada de teléfono que avise de que alguien compatible ha sido encontrado. El tercer trasplante también se realiza con éxito y a mí me seguía pareciendo tan normal este día.

Son las 20.00h, volvemos a casa, el sol empieza a desaparecer entre un abanico de tonalidades que se aprecian en el horizonte. "Como te ha ido el día? la reunión ha salido como la habías planeado?" Nos vamos a hacer un poco de deporte, cenamos, un rato de tele y nos dormimos pensando que por fin mañana es Viernes y se siente el sabor del fin de semana.

Nadie sintió que ese día algo especial había ocurrido? Una sensación de orgullo recorre mi cuerpo junto con un pequeño escalofrío que empieza en mi nuca. Ese Jueves tan normal, sin saberlo, se ha regalado vida en el mundo, alguien ha iniciado una cadena de forma voluntaria, o no.

Me doy cuenta que el mundo no ha perdido totalmente su cordura, puede ser que aún queda gente que dé sin recibir nada a cambio? estaríamos nosotros dispuestos a hacerlo? Porque esto no sale publicado en primera página y si el partido del Madrid - Barça?

Quizás el soplo de esperanza que invadió la humanidad ese 28 de Abril y que pasó desapercibido para muchos, es realmente lo que necesitamos las personas para sentirnos bien como personas que matamos robamos y causamos desastres a otras personas.

Aquí, desde mi sofá, doy las gracias por que el 28 de Abril de 2011, no fue un día como cualquier otro.

Aquí podéis ver la noticia.
http://www.lavanguardia.com/salud/20110428/54147274330/exito-en-la-primera-cadena-de-trasplante-renal-de-vivo-con-buen-samaritano.html