Microrelato VIII : El Caballero Blanco
- Caballero:Friedrich, ponme la armadura, ha llegado el momento de marchar.
- Friedrich:¡Sí, señor! Hoy empieza una gran aventura para vos. Permidme que vuelva a insistir…
- Caballero:No, Friedrich. Esta es una hazaña que un hombre debe hacer solo.
- Friedrich:Pero yo…
- Caballero:Lo sé, joven escudero. Agradezco la valentía y lealtad que demuestras. Pero ya he tomado mi decisión.
- (Tras colocar el robusto yelmo blanco adornado con una elegante pluma roja, el escudero retrocede unos metros para admirar lo que él considera una obra de arte).
- Friedrich:Nunca me cansaré de admirar esa perfecta armadura blanca, señor. Con el reflejo del sol creáis un destello que derretiría hasta el corazón más gélido de la tierra.
- Caballero:Eso necesito, Friedrich, eso necesito... Nos vemos en unos meses. Leal escudero, deséame suerte. Parto hoy en busca del amor verdadero, a pedir la mano de la princesa, con la que llevo tanto tiempo enviándome correspondencia y cuyo rostro sólo he visto en cuadros y en sueños… No se puede explicar con palabras su belleza, Friedrich, sólo la sensación de estar a su lado puede paralizar este corazón que ha combatido en decenas de batallas y nada le ha atemorizado… Sólo su rechazo podría herirme a través de esta impenetrable armadura…
- Friedrich:Pero eso no sucederá, no tema señor.
- Caballero:Soy el caballero blanco, un caballero de nobles intenciones, pero no de linaje real al fin y al cabo…
- Friedrich:El poder del amor verdadero triunfará, ella desea estar con vos y vos con ella… ¿Qué podría fallar?
- (Sin decir nada más, el caballero se marchó con su caballo blanco Pelut hacia el norte, donde días y días de duro viaje le esperaban en su cruzada particular... En su lucha por encontrar el amor verdadero. Poco a poco se fue desvaneciendo la silueta del caballero blanco en el horizonte, creando un efecto parecido a la puesta de sol...)
- (continuará...)
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