domingo, 1 de enero de 2012

Una carta para mí.

Tranquilo Felipe, no te asustes. Sé que te parecerá extraño todo lo que te voy a contar y muchas cosas ni siquiera las entenderás, pero solo te pido que me escuches atentamente y nunca olvides lo que a continuación te voy a decir.
Para llamar tu atención, solo te diré que sé que te encantaba poner la estrella en lo más alto de aquel enorme árbol en la casa de tu abuela cada navidad, te tenías que subir en los sillones que había justo al lado para llegar hasta allí. Cuando llegaste nuevo a aquel colegio, los niños que luego fueron tus amigos te tiraban arena en los ojos y te quitaban tus juguetes, lo recuerdas? Parece que fue ayer cuando sucedió todo eso…
Aquel 31 de diciembre que te llamaron para contarte que tú hermana había llegado al mundo, o el fatídico 2 de mayo que sin entenderlo, cambió tu vida para siempre. Si, esos recuerdos perdurarán siempre contigo.
Te preguntarás como se tantas cosas sobre ti?, tranquilo, no intentes adivinar quien soy, en unos años lo descubrirás tu mismo.
Solo te quiero decir que a veces no todo es como lo ves, date tiempo a ti mismo y respira hondo, todo tiene un sentido en tu vida, ya lo verás, confía en mí. Estas conociendo un sinfín de personas, crees que unas son mejores, otras peores, pero te darás cuenta que todas deben formar parte de tu presente para llegar a ser lo que serás en el futuro, aprovéchalas y aprende de ellas. Sé que ahora estas aprendiendo lo que es ayudar a los demás sin esperar nada a cambio, nunca pierdas esa actitud, será un pilar básico en tu forma de ser y de actuar frente a todo lo que te vendrá más adelante, eso te hará autentico.
Si alguna ves se derrumba de forma súbita tu futuro, ten paciencia, lograrás reconstruirlo sin problemas, aunque sientas que has tocado fondo y que nada volverá a ser como antes, preguntante a ti mismo, ¿es malo que todo cambie?, ¿Qué tus planes no salgan como los habías pensado? Recuerda que solo depende de ti que el cambio y los nuevos planes que te hagas sean mejores que los que ya tenias.
Cuando la frustración invada todo tu cuerpo, el miedo te paralice las piernas y las ganas de conocer y aprender parezcan esfumarse, recuerda que siempre tendrás a tu lado a tu familia, ellos estarán junto a ti en cada paso que des y en cada decisión que tomes.
Te arrepentirás de no haber hecho varias cosas, las descubrirás tu mismo, estas te ayudarán a aprender y a valorar cada uno de los momentos que vivas, recuerda que equivocarse no es malo. Solo te diré que intentes compartir tu tiempo con aquellos que más quieres, el día de mañana puede que ya no estén y te enfadarás contigo mismo por no haberles dicho te quiero tantas veces como te hubiera gustado.
No odies ni sientas rencor, comprobarás que vivir de esa manera no te dejará avanzar. Por otro lado ama, ama con todas tus fuerzas y disfruta de cada momento, recuerdas ese atardecer en donde el sol parecía ahogarse en la inmensidad del mar? Recuerdas cuantos colores has visto en el cielo? Verás muchos otros… pero intenta recordar y disfrutar de cada uno, te aseguro que nunca hay dos iguales.
Te daré un consejo, nunca dejes de soñar.
Una vez alguien te dirá: “no llores por lo que se ha acabado, llora de alegría por lo que has vivido”, recuerda esta frase, la persona que te la diga es un verdadero amigo.
Felipe, debo marcharme ahora, no sin antes, pedirte un favor. Cuando entres a esa clase en la universidad y la veas a ella (tranquilo, la reconocerás, sabrás quien es…) cuídala, trátala como a una princesa. Te hará feliz e inexplicablemente todo tu mundo empezará a girar en torno a ella.
Atentamente,
Felipe.

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